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Fabrina Acosta Contreras

2 de febrero: Día de-votos y de fe


Estoy convencido, de que si los esfuerzos por divorciar la política de la religión no se hubiesen hecho como se hicieron, la política no habría degenerado como con frecuencia ocurre… He conocido a muchos hombres religiosos que eran políticos disfrazados. Yo mismo, que tengo la apariencia de político, soy de corazón, un hombre religioso.

Gandhi

El 2 de febrero es quizás la fecha más importante para Riohacha, en ella se conjugan rituales de fe, política, moda, integración e incluso competencia de status; es en definitiva un gran festival de guayaberas, tacones, peinados, aliser, gafas, mocasines, carteras, perfumes, sonrisas fingidas y abrazos obligados; donde desfilan por un lado, la creencia pura de aquellos que solo se aferran a la fe, y por otro, la insistencia egocéntrica de los candidatos de sentirse elegibles, asimismo se da una oda al patriarcado porque la –vela milagrosa– solo es entregada a los hombres; para ello, las mujeres no están llamadas – quizás es demasiado con el derecho que tienen a rezar las novenas, decorar la iglesia o escoger su vestido para estar a la altura del despampanante evento religioso/político.


Siempre que llega el 2 de febrero surgen varios interrogantes en mí, uno de ellos es ¿Qué pensará la vieja mello de aquellas personas que se engalanan con los mejores atuendos, con finas joyas, estéticos peinados y agradables perfumes para ir a la tan concurrida y despampanante misa del 2 de febrero, pero en su cotidianidad no obran con buena fe?


La esencia milagrosa

Es natural que quienes nacemos en la tierra Riohachera conozcamos desde los bellos relatos de los mayores, las historias de milagros de la virgen de los remedios (cariñosamente llamada vieja mello); hay diversidad de testimonios y relatos que argumentan el significado que tiene la querida vieja mello, uno de ellos cuenta que el 14 de Mayo del año 1663, una fuerte tempestad azotó a Riohacha, la cual destruyó totalmente la calle de los Plateros (área comercial de la capital Guajira en la época) y continuaba amenazando con seguir destruyendo el resto de la población. Por lo que los nativos corrieron a la Catedral y sacaron la imagen de la Virgen de Los Remedios, al caer la corona de oro que llevaba puesta calmó la furia del mar salvando a Riohacha de ser devorada.


No hay duda que historias como estas argumenten la fe de quienes tradicionalmente encomiendan su vida a la virgen, hasta acá el tema es solo de fe y espiritualidad, pero con el paso de los años el 2 de febrero se ha convertido en un escenario excluyente para algunos feligreses, pues manifiestan que tienen dificultades para ingresar a la iglesia y adorar a su vieja mello, esto debido a los cordones de seguridad que establecen para las personalidades que llegan a la cita social/religiosa, paradojas que se dan cuando se combina la fe con el oportunismo “politiquero”, incluso he escuchado de algunos devotos que afirman privarse de ir a los actos religiosos porque les parece que es más una estrategia de los de-votos para lograr sus objetivos ambiciosos que un acto de fe genuina.


Los de-votos que piden milagros políticos

Este año el festival de peticiones se exacerba pues es un año electoral, en el que las fuerzas políticas claman el milagro de no “ahogarse” y perder lo invertido en campañas y menos quedar en vergüenza social por no lograr el objetivo de ser alcaldes, gobernadores, concejales o diputados; asimismo las directivas de empresas asisten a la cita pues es la oportunidad para conectarse con la “crema” guajira y nacional, al final son de-votos electorales y de-votos estratégicos que buscan sumar posicionamiento en diferentes ámbitos.


En este sentido, el 2 de febrero es un día “Riohacherísimo” en el que las fuerzas masculinas se disputan la oportunidad y el honor de llevar a la virgen en hombros como el boleto seguro a la bendición y los tacones más espléndidos se dan cita para recorrer los senderos de la catedral y alrededores del parque Padilla.


Pero lamentablemente muchos de esos feligreses pueden haber desangrado las arcas públicas, lo cual, los hace protagonistas de la corrupción, es la doble o mejor triple moral que ejercen sin ningún respeto por el pueblo y por aquellos mandamientos de No Robar, que implica no mentir, no profanar falsamente el nombre de Dios o no jugar a cubrirse en una religiosidad que permite por un lado hacer el mal y por el otro pecar, rezar y empatar.


Extiendo disculpas a la vieja mello

Vieja mello de mi parte te presento excusas, porque si bien algunos de los que el 2 de febrero te visitan son personas coherentes que trabajan por el bien de Riohacha y la Guajira, muchos sin remordimiento alguno han saqueado las arcas públicas para beneficio individual muy lejos de la política del bien común. Siento vergüenza con la vieja mello porque creo que ella en su corazón de mujer experimenta tristeza por esos lobos vestidos de oveja, que se disfrazan de nobleza solo el 2 de febrero.


Vieja mello bendice a los que creen genuinamente en ti pero, sobre todo, tú que en función de madre de la iglesia católica le hablas a Dios al oído intercede para que él toque los corazones de los corruptos y se detenga tanta maldad, así como tu corona detuvo la furia del mar para salvar a Riohacha como cuenta la historia, activa nuevamente esa corona que detenga el derroche de maldad de los que roban e impiden el desarrollo del territorio guajiro.


La fiesta que más ofrezca trago y comida

La única preocupación no corresponde a cuál de las misas asistirá, sino a cuál de las diversas fiestas electorales debe ir priorizando los futuros beneficios a recibir, pues el 2 de febrero después de todo el elegante momento en los alrededores de la catedral; las personas deben decidir de cual almuerzo, parranda o concierto participar; eventos en los cuales se destapan las cartas de algunos partidos y se presentan a los candidatos o candidatas que se medirán en las elecciones territoriales; los radicales siguen fieles a sus jefes y partidos, los tibios rotan de fiesta en fiesta aprovechando la bonanza gastronómica y las finas bebidas alcohólicas y aquellos que siempre han luchado por salvarse de dichas costumbres de idolatría a la politiquería criolla estarán asegurados en sus viviendas, se irán de viaje o leerán un buen texto de estrategia política con la esperanza de que algún día ocurra el milagro de que todos puedan aspirar a un cargo político sin el miedo a ser asesinados (simbólica o físicamente) por la maquinaria que no aprueba ningún liderazgo transparente que se atreva a hacer algo por nuestra tierra.


Bendito 2 de Febrero que propicia derroches de jolgorio, alcohol y banquetes; ojalá que un día se llegue a conmemorar con coherencia, para que mientras se celebre; por otro lado, no se padezca la miseria obtenida como herencia de la desigualdad y la corrupción. Como dijo Eduardo Galeano “La palabra política se ha manoseado tanto que significa todo y no significa nada”

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