En ‘Máquinas de Guerra’, Katia Ospino devela crudas realidades de la violencia en Colombia
‘Máquinas de Guerra’ es el nombre de la producción documental que llegará próximamente a la pantalla grande, bajo la dirección de la comunicadora social y periodista Katia Salen Ospino, quien realizó un intenso trabajo investigativo, como respuesta a la necesidad de entender, conocer y no olvidar a las víctimas que, pese a los impactos del conflicto sobre sus vidas, han echado mano de su fuerza resiliente para seguir viviendo.
Los hechos de horror vividos en más de medio siglo de violencia armada en el país necesitan ser conocidos y recordados como estrategia para que no vuelvan a suceder. “Creo que en algún tramo de nuestras vidas se nos olvidaron las víctimas, su sufrimiento y el dolor que aun padecen”, expresa la periodista.
Esta producción llegará a la pantalla grande en dos formatos: el primero es una producción cinematográfica con una duración aproximada de dos horas, en la que se relatan hechos crudos y duros de las acciones macabras cometidas por actores de la guerra; es decir, cicatrices profundas que marcaron los corazones de las comunidades en cuatro departamentos de la costa Caribe.
Una segunda presentación, que se desprende de la misma investigación, es una mini serie documental de entre 12 y 14 capítulos, con un enfoque más suavizado de las acciones violentas y con un tratamiento más orillado al respeto por la memoria de los que no están y a la protección de los derechos humanos de las víctimas que aportaron sus familiares a la barbarie de la guerra.
Protagonistas de la realidad
Durante el proceso investigativo que duró algo más de 20 meses, los actores reales de ‘Máquinas de Guerra’ contaron sus testimonios sin asomo de duda y con el dolor un poco más cicatrizado, narraron a la comunicadora las historias inéditas de terror que, por evitar el impacto desgarrador que generaba recordar, preferían mantener ocultas. “El documental muestra relatos de víctimas que por temor nunca se acercaron a la Fiscalía, ni a Justicia y Paz, pero son historias relevantes que merecen ser visibilizadas por que el país nunca las conoció”, aclaró la comunicadora.
Para el abordaje de la pieza documental, se buscó integrar todos los elementos del ecosistema de la guerra en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Córdoba y Sucre.
Participaron actores que protagonizaron en carne viva, terroríficas escenas de violencia; víctimas cuyos familiares fueron: amenazados, desplazados, desaparecidos, desmembrados, descuartizados, abuzados y miles de ellos muertos; otros que nunca aparecieron, negándole a los familiares hasta el derecho al duelo.
Se escucharán también, voces de victimarios crueles y sanguinarios, que sin una pizca de pudor narraron las acciones de los grupos armados con una naturalidad espantosa.
Este personaje, actor armado y trabajador de la guerra, cuyo nombre permanecerá en reserva por exclusividad de las plataformas que reproducirán el documental, desnudó su verdad y narró su trayectoria criminal, inicialmente hizo parte de la guerrilla de las Farc, luego ingresó al Ejército y al retirarse de éste, se convirtió en un ‘empleado de la guerra’, es decir, trabajaba a sueldo cometiendo atrocidades en contra de civiles. Contó igualmente, al equipo técnico episodios que los arrugaba de dolor.
“Esta persona narro cómo el rio Magdalena se convirtió en un gran botadero de cadáveres, lo mismo la finca El Palmar, en el departamento de Córdoba, un cementerio a cielo abierto en el cual, al parecer, enterraron en fosas comunes más de 5.200 cuerpos, de los cuales la Fiscalía ha logrado rescatar 1.200”, dijo la periodista, quién con sentimientos de tristeza y dolor agregó: “Este personaje sin ningún filtro en la lengua cuenta con una naturaleza cruda, como mataban, descuartizaba, desmembraban, torturaban y secuestraban entre 15 y 30 personas diarias”.
Se encuentran igualmente testimonios de víctimas abuzadas por este personaje, familiares de sobrevivientes de estos hechos de violencia. Hay voces de dos profesionales de psiquiatría, uno europeo y otro argentino; se alimentará igualmente la pieza audiovisual, con una voz de un funcionario de La Comisión de la Verdad, que recientemente dio a conocer el resultado de tres años y medio de diálogos con la sociedad.
Canales para difusión
‘Máquinas de Guerra’ es una pieza cinematográfica escrita, dirigida y producida por Katia Ospino, para el portal periodístico independiente Bandalos, que fue aceptada en uno de los festivales de cine más importantes del mundo, el festival De Budapest en Hungría y está en estudios para el festival de Ginebra en Suiza.
La reproducción será vía streaming, es decir que se puede disfrutar en televisores, computadoras y aparatos móviles a través de internet y en tiempo real, en las plataformas Nexflis, Amazon y HBO.
Equipo y sus proyecciones
El rodaje de ‘Máquinas de Guerra’ se hizo en cuatro departamentos del Caribe colombiano: Atlántico, Bolívar, Córdoba y Sucre, la dirección estuvo a cargo de Katia Salen Ospino, acogido por una productora internacional; en trabajo se realizó para Bandalos, un portal noticiosos que nace en Boston, estado de Massachusetts en Estados Unidos, para el cual escriben periodistas de varias regiones del mundo, entre estos: franceses, italianos, europeos, americanos y colombianos. De la producción del documental hicieron el camarógrafo vallenato Jimmy Rico y otro personal de Barranquilla en Colombia y de personajes de Suiza.
Este equipo actualmente adelanta dos producciones documentales más, una de ellas sobre Bojayá, un municipio del departamento de Chocó, donde fueron masacrados con la explosión de ‘cilindros bomba’, un dos de mayo del año 2002, cerca de 300 personas, civiles que se refugiaban en el interior de la iglesia de la población, actos cometidos por grupos armados que se disputaban el territorio como corredor para el tráfico de drogas.
La otra pieza será sobre el bloque norte de las Autodefensas Unidas de Colombia AUC; uno de los principales bloques que conformó la organización paramilitar al norte del país, partícipe activo del conflicto armado interno, con control en los departamentos de Cesar, Magdalena, La Guajira y Atlántico, y ocasionalmente extendió su accionar a Córdoba, Sucre, Santander, Norte de Santander y Bolívar.
Quien es Katia Ospino
Katia Salen Ospino González es una bella y talentosa vallenata, graduada como comunicadora social y periodista. En sus más de 30 años de experiencia periodística siempre ha estado vinculada a medios independientes de noticias como: CMI, Noticias Uno, La Nueva Prensa y Bandalos. Actualmente es la directora y autora de su propia video-columna que trasmite por sus redes sociales desde hace más de 10 años.
Su formato investigativo, de frente y sin miedos, le han hecho dormir a saltos varias noches, ante el temor por las amenazas que periódicamente van llegado contra su vida o la de sus hijos. Son precisamente esos sueños sin descanso plano, los que la recargan de energía para salir más motivada a descubrir, como ella misma lo recalca “las entramadas de corrupción que se cocinan a fuego pausado en esta región y el país”.
Katia se ha ganado dos premios periodísticos: entregado por el Circulo de Periodistas de Bogotá y el Premio Nacional de Periodismo, ‘No es hora de callar’, un trabajo investigativo, publicado en la Nueva Prensa titulado ‘Aberrante red de corrupción en la Universidad de La Guajira’.
Ospino González es además directora de investigación de la agencia internacional de investigación, Human Rights Watch que defiende los derechos de las personas en 100 países del mundo; dirige igualmente procesos de investigación de derechos humanos para 14 países; además, de un nuevo rol como escritora, guionista y productora, de documentales.
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