Jorge Oñate, con su voz, marcó el camino de la música vallenata
La vida musical de Jorge Oñate la vivió de manera intensa y siempre buscando estar en el primer lugar porque el segundo no era el suyo. Por eso se prodigaba en realizar las cosas de la mejor manera y no dejar ningún cabo suelto. Todo se remitía a su entrega y no dormirse en los laureles.
Con esa estrategia que aplicaba obtuvo los máximos honores en la música vallenata comenzando con las nueve grabaciones con los Hermanos López, que lo llevaron a darse a conocer en el ámbito vallenato. De ahí se desprendieron muchos clásicos que hoy son referentes de esas historias que nacieron en el campo y se extendieron por el universo vallenato.
Quién no recuerda cantos como: ‘Berta Caldera’, ‘El cantor de Fonseca’, ‘Amor sensible’, ‘Recordando mi niñez’, ‘No voy a Patillal’, ‘Las bodas de plata’, ‘Rosa jardinera’, Cerro Murillo’, ‘La muchachita’, ‘Mi gran amigo’, ‘El siniestro de Ovejas’, ‘La verdad’, ‘Altos del Rosario’, ‘Los tiempos de la cometa’ y ‘Déjala vení’.
En esa línea folclórica apareció Jorge Oñate en el Festival de la Leyenda Vallenata del año 1972, acompañando en el canto y la guacharaca a Miguel Antonio López Gutiérrez, quien se coronó como Rey Vallenato, sin cantar ningún tema. Lo anterior lo llevó a ser considerado como ‘El Rey mudo’. También hizo parte de esa gesta el cajero Pablo López.
Esa noche de gloria ante el jurado presentaron el paseo, ‘Qué dolor’ (Luis Enrique Martínez); el merengue, ‘Dina López’ (Vicente ‘Chente’ Munive); el son, ‘Riqueza no es la plata’ (Francisco ‘Pacho’ Rada) y la puya ‘La vieja Gabriela’ (Juan Muñoz).
Años después, Miguel López al referirse al hecho de ser el primer Rey Vallenato en no cantar en la tarima, manifestó de manera jocosa. “En aquella ocasión me acompañó el joven guacharaquero y cantante Jorge Oñate. No se podía desaprovechar esa ventaja. Vea, con ese mampano no hacía falta dar a conocer mi voz”.
Premio a la Excelencia Musical
El 10 de noviembre de 2010 Jorge Oñate recibió en Las Vegas, Estados Unidos, por parte de Gabriel Abaroa, presidente de la Academia Latina de la Grabación, el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical, honor que en Colombia solamente ostentaba el maestro Rafael Escalona.
En ese acto a ‘El Jilguero de América’, se le juntaron todos los recuerdos de sus años de lucha musical y que arrojaban grandes frutos. Sus palabras fueron cortas, pero dicientes. “Recibo este significativo premio con los brazos abiertos, pensando en todo lo que viene para mí y la música vallenata. Dios entrega las cosas a su debido tiempo”.
El canto de la unión
Era un anhelo, un sueño de los dos grabar juntos para dejar sus voces para la historia. Se volvieron a encontrar, como aquella vez en la iglesia Santa Cruz de Urumita, La Guajira, donde Jorge Oñate fue padrino de bautismo de Silvestre Dangond. A la hora de sentarse dieron vueltas por varias canciones hasta que se quedaron con ‘Volví a llorar’, de la autoría de Amilkar Calderón.
Ese canto quedó enmarcado en el alma de los dos. Se había cumplido el sueño y hasta lágrimas aunque no estaban invitadas se hicieron presentes. Bien lo dijo Silvestre. “Esto me tiene los ojos aguaos”. En tres minutos y 59 segundos de canto acompañados del acordeón de Franco Arguelles, padrino y ahijado marcaron el destino.
Homenaje del Festival Vallenato
El 28 de febrero de 2021 Jorge Oñate se despidió de la vida cuando sus ilusiones volaban por el homenaje que recibiría en el Festival de la Leyenda Vallenata. Hacía planes y había prometido no perderse ningún evento. El homenaje se le hizo el año siguiente donde se destacó su inmensa gesta musical quedando las palabras de su esposa Nancy Zuleta. “Lo único que no puede morir es el legado dejado por Jorge Oñate”.
Los recuerdos aparecen y reseñan las palabras de Jorge Oñate, el día que se le hizo el anuncio del homenaje donde agradeció y dedicó unas sentidas palabras. “Yo nací con el Festival Vallenato, el mejor festival del mundo, lo digo con orgullo. El Festival Vallenato trae poesías, trae acordeón y trae cantos. He llevado por más de 50 años la bandera de la música vallenata y ahora estoy recogiendo los frutos. Gracias a todos”.
Además de su condición innata como artista de la música vallenata, Jorge Oñate se destacó toda su vida por ser un hombre muy humanitario. Son muchos los testimonios que dan fe del papel que siempre desempeñó como mecenas del deporte, apoyo para los más necesitados, y una labor que fue impronta en su vida: gestionar ante las autoridades de turno la solución para múltiples necesidades de su querido pueblo, La Paz.
El mejor cantante
El artista que grabó el mayor número de clásicos vallenatos siempre se reía porque le inventaban hechos que no habían sucedido. A esas ocurrencias las bautizaron como “Oñatadas”. Claro, que a él le gustó un interrogante que tampoco le habían planteado. ¿Quién es para usted el mejor cantante de la música vallenata? Cuentan que él respondió. “Jorge Oñate, ‘El Ruiseñor del Cesar’ y ‘El Jilguero de América”. Y tenían razón.
Hoy como ayer se sigue escuchando el canto del artista que amó la música vallenata en toda su dimensión. Entonces, las añoranzas se recrean en el siguiente verso: “Quiero ver pasar los años con la dicha que me inspira, quiero estar enamorado hasta el resto de mi vida”…
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