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Mary Mosquera @MaryMosquera1

La huella de oscuridad en los alumbrados navideños


Malecón del río en Barranquilla. Foto Cortesía.

Llegó el tiempo de la Navidad y con él, el masivo encendido de miles de millones de luces en todo el mundo, que se vuelca a festejar con alegría estas fechas. No obstante, pese al gozo que trae esta época, al realce, fulgor y hermosura de los alumbrados en las principales ciudades; la humanidad tiene una conversación pendiente que algunos expertos han ido introduciendo en las agendas: los impactos de esta iluminación sobre la salud del ecosistema y de las personas, que van desde el desequilibrio en los ciclos naturales de los árboles, pasando por transformaciones en los períodos migratorios de las aves hasta el aumento de enfermedades en los humanos.

Es innegable la belleza de los alumbrados, que históricamente han sobresalido en ciudades como Medellín, Barranquilla, Cali, Bucaramanga y Bogotá, por mencionar algunas en Colombia, donde los preparativos de prominentes árboles y pesebres monumentales atraen a propios y turistas, generando con ello la activación económica. El problema es que el brillo de la luz artificial a unas escalas tan grandes se traduce en contaminación lumínica, cada vez más en aumento a nivel global


Según Science Advances - American Association for the Advancement of Science's, “la superficie de la tierra iluminada artificialmente por la noche aumenta en luminosidad y extensión”. En su estudio, “usamos el primer radiómetro satelital calibrado diseñado para luces nocturnas para mostrar que desde 2012 hasta 2016, el área exterior iluminada artificialmente de la tierra creció un 2.2% por año, con un crecimiento total de resplandor del 1.8% por año. Las áreas iluminadas continuamente se iluminaron a una tasa del 2.2% por año. Se observaron grandes diferencias en las tasas de crecimiento nacional, y la iluminación se mantuvo estable o disminuyó en solo unos pocos países. Estos datos no son consistentes con las reducciones de energía a escala global, sino que indican un aumento de la contaminación lumínica, con las correspondientes consecuencias negativas para la flora, la fauna y el bienestar humano”.

La contaminación lumínica, en el Valle de la Muerte, el resplandor de la derecha llega desde Las Vegas, está a más de 320 kilómetros. Foto Cortesía.

Para hacer contrapeso al alto consumo de energía, en el mundo de ha ido imponiendo el uso de luces led para la iluminación navideña, que reduce el consumo y las emisiones luminosas, frente a las luces tradicionales; sin embargo, esto no las libera de su potencial dañino. National Geographic publicó una entrevista con Alejandro Sánchez de Miguel, astrofísico y experto en contaminación lumínica, integrante del equipo del Atlas mundial del brillo artificial del cielo, quien asegura que en la fabricación de las luces led “se emiten muchas toneladas de CO2, se extraen tierras raras que son muy contaminantes y su minería es uno de los fenómenos más destructivos del planeta".


Si bien es cierto que las bombillas led consumen entre un 50% y 80% menos de energía que las tradicionales, también lo es que su fabricación aumenta la emisión de CO2, ya que incluye metales pesados en forma de gas y por dentro tienen materiales como el oro, la plata, el indio, el paladio o las tierras raras (elementos químicos que ser utilizan para fabricar productos tecnológicos y armamento), materiales estos que implican procesos mineros, considerados entre los más destructivas del planeta. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía – IDEA calcula que cada kilovatio por hora de luces LED produce una emisión de 340 gramos de CO2 de dióxido de carbono.


La tecnología led significa un blanqueamiento en la iluminación que se está dando a las ciudades, al pasar de las usuales bombillas amarillas a las blancas. El experto explica que "la luz blanca está compuesta de todos los colores del arco iris” y menciona que el ser humano tiene una máxima sensibilidad a las luces verde, roja y azul, siendo esta última – la azul- la que más se dispersa en la atmosfera y en ojo humano; al tratarse de una luz fría impacta negativamente la regulación hormonal, lo que se traduce en una sensación de resplandor.


Esta iluminación de luz blanca atrae insectos, algunas especies de animales y hasta plagas vegetales hacia los lugares en los que se encienden; de igual manera, favorece la aparición de enfermedades como ansiedad, depresión y trastorno de sueño, entorpeciendo el descanso de las personas; toda vez que se disminuye la producción de melatonina, una hormona que se activa con la oscuridad y se ralentiza con ella.


"Si no hubiese tanta luz artificial por la noche, las partículas de dióxido de nitrógeno se diluirían más fácilmente. La luz solar mantiene en suspensión en la atmósfera este dañino compuesto químico que emiten, sobre todo los coches. Si además de ese exceso de luz nocturna, no hay viento, las perjudiciales partículas se van acumulando hasta producir niveles de contaminación que afectan a la salud de los ciudadanos", ha dicho Alejandro Sánchez de Miguel.


Calculando el impacto


Como ya se ha dicho, no es un tema que esté en las agendas; no obstante, los estudios con los que ya se cuenta y los pronunciamientos de los expertos pueden ser el punto de partida para reflexionar y actuar; también para calcular el grado de contaminación lumínica o el resplandor de luz en el cielo nocturno producido por luz artificial en los gases y partículas del aire por el uso de luminarias inadecuadas o excesos de iluminación.


Más de 1.000.000 de bombillos iluminarán 6 árboles de 14 metros decorados acorde a los mundos, en el Gran Malecón”, anunció para Barranquilla, Carlos Sarabia, gerente de Alumbrado Público, quien mencionó además una cúpula de 10 metros de altura, el pueblo de Belén, 240 pendones y más de 700 figuras iluminando el Malecón.


Medellín, ‘la ciudad de la eterna primavera’, preparó como lo viene haciendo desde hace 55 años, un mega alumbrado navideño, alusivo a la película Encanto, que tendrá figuras como la casa de la familia Madrigal, con un tamaño de 13,8 metros de alto y 24,5 metros de ancho, fabricada con siete toneladas de papel metalizado y mil metros de manguera luminosa neón. Se usaron, además, 350 proyectores de 1.000 vatios, 1.000 unidades nodos de led rgb, 150 proyectores led rgb y 400 tubos led, 610 postes de fibra de vidrio, 100 postes de concreto, 1.000 estacones de madera 50 cadenas de nodos esféricos y 230 secuenciadores electrónicos; todo, según dicen “eficientes en el consumo de energía y amigables con el ambiente”.


Gerardo Bohórquez, jefe de comunicaciones del Acueducto Metropoltiano de Bucaramanga, anunció “una iluminación renovada” con shows especiales, escenario con Santa Claus, un gran árbol de navidad con inmersión al páramo. “Este año se dispuso de un teatro interno en el que se podrá hacer un recorrido por los 400 años de Bucaramanga”


En Bogotá se han dispuesto más de 40 puntos de iluminación navideña en las 20 localidades de la ciudad. “El alumbrado navideño de la capital en este 2022 hace alusión al Metro, el reciclaje, el cuidado del medio ambiente, las Manzanas del Cuidado, las bicicletas y las cabinas del cable que muestran la transformación hacia una movilidad sostenible”, han dicho.


En Cali, la iluminación navideña rinde homenaje a la biodiversidad, centrada en el Colibrí. Una inversión de 14 mil 500 millones de pesos, destinados a diseño, construcción, montaje, mantenimiento, desmontaje, shows tecnológicos, logística e interventoría. Ha dicho la Alcaldía de Cali que el alumbrado será “interactivo con la comunidad, ya que en él vamos a tener bicicletas con dínamos en las que las personas se van a poder subir y prender las luces”.


A propósito del Colibrí…


El llamado que hacen los expertos es a pensar en tener una navidad feliz, pero que sea también sostenible para el planeta. "La Navidad es una fiesta astronómica y familiar, a la cual poco a poco vamos extrayendo todo su significado y vamos convirtiendo en un mero espectáculo consumista. Reconocer su impacto ambiental es simplemente mala prensa, que es exactamente lo que pretenden evitar", dice Sánchez.


A estas muestras de alumbrados institucionales en las ciudades se suman todas las decoraciones privadas y familiares que incrementan de manera exorbitante la contaminación lumínica. Muchas personas acuden a argumentos como “todo el mundo prende luces, ¿por qué no las voy a prender yo?”, “esto es sólo una vez al año”, “yo sólo tengo tres extensiones en mi casa”, pero la urgencia es a tomar conciencia y actuar.

Alumbrado navideño de Cali. Foto Cortesía.

Como se puede apreciar, los alumbrados navideños tienen una inspiración muy ecosistémica, que hablan de procesos amigables con el ambiente, incluso, en Cali, han escogido el colibrí como emblema, por lo que es oportuno tomarlo como ilustración que inspire una acción que favorezca de manera efectiva los procesos amigables con el planeta: Un día el bosque donde vivían los animales se desató un voraz incendio; de modo que todos los animales huían despavoridos; en su carrera, el jaguar vio de pronto que el Colibrí pasó sobre su cabeza, en dirección al fuego, yendo y viviendo varias veces, entonces le “¿Qué haces colibrí?”, a lo que el pequeño pájaro le respondió: “Voy al lago, tomo agua con el pico y la hecho al fuego para apagar el incendio”; el jaguar, burlándose, le increpó: “¿Estás loco?, ¿Crees que vas a conseguir apagarlo con tu pequeño pico, tú solo? La respuesta del colibrí fue: “Yo sé que solo no puedo apagarlo, pero estoy haciendo mi parte”.


¡Feliz Navidad!



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