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  • María Ruth Mosquera @sherowiya

‘Gran Día’ para avistar aves, refrendar el orgullo y revisar la conservación


Muchas zonas del planeta son amenizados por el pregón sempiterno de la tortolita escamosa (Columbina squammata), más conocida como la palomita Turcutú.

Emocionante será ver un cóndor, una guacharaca, una guacamaya verde o cualquier otra de las 285 especies de aves en el Ecoparque Los Besotes, al norte de Valledupar; admirar a los tucanes, colibríes, turpiales, cuervos y muchas de las más de 200 especies en la Reserva Natural Los Tananeos, en Manaure-Cesar; o maravillarse con la diversidad de pájaros que sobreviven en los playones de la Goya, en Guaymaral, o los que día tras día reciben el amanecer con serenatas a lo largo del río Guatapurí.

Este privilegio lo tienen personas en todo el planeta que este 13 de mayo madrugan dispuestas, ataviadas con binóculos y cámaras fotográficas, para emprender senderos naturales, con sus sentidos atentos para avistar pájaros, para asistir a un incomparable espectáculo visual y auditivo que sólo estos protagonistas de la biodiversidad pueden ofrecer.


Se trata del ‘Global Big Day’ o ‘Gran Día Mundial de Avistamiento de Aves’, jornada que lidera el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell (EE.UU.) y la Sociedad Audubon de este mismo país, y que convoca a ornitólogos, científicos, organizaciones, fotógrafos, comunidades en todo el mundo, muchos de los cuales subirán la información a www.ebird.org, con detalles de día, hora, ubicación, especie, entre otros, con miras a que cada observación entre en el conteo final.


Lo que hoy se observe será sin duda un estímulo al orgullo nacional, puesto que es Colombia el país, no sólo con el mayor número de especies vegetales en todo el planeta, sino que ostenta el puesto número uno en especies de aves, la mayor variedad ornitología: 1.912 especies de ave especies, según datos de la Fundación Proaves; esta cifra supera la de Brasil y dobla que en Europa.

En las dos versiones anteriores del ‘Global Big Day’, siendo el primero el aves, Colombia ha ocupado el tercer lugar, por debajo de Perú y Brasil, lo que obedece a los registros que hicieron los participantes desde el territorio nacional; es decir, a mayor cantidad de registros, más completa será la información que se tenga sobre las especies en países y más alto de ubica en el ranking de la actividad. El año pasado participaron 17.429 personas en todo el mundo, para 47.317 listas de observación y 6.334 especies de aves registradas en el planeta.


La ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, dijo recientemente que “Colombia va por la de oro en el Día Mundial de Avistamiento de Aves. Todos los colombianos y los residentes extranjeros en nuestro país tendremos la oportunidad de consolidarnos como el primer territorio en donde habita el mayor número de especies”.

No obstante, más allá de buscar el reconocimiento en una cifra o incluso de los grandes beneficios que pueda representar el aviturismo cada vez más atractivo en el país, el gran reto que inspiran jornadas como la de hoy es el de la conservación, el fortalecimiento de medidas de protección medioambiental para salvaguardar el hábitat de estas especies que tienen a Colombia en primer lugar del podio.


En la región Caribe, por ejemplo, la degradación de los bosques ha hecho que muchas especies queden solo en recuerdos de lo que alguna vez fue y ya no es, como La Flotica, un pájaro migratorio que volaba formando nubes que embelesaban al espectador, en el lugar conocido como ‘El valle de los conejos’, entre Valledupar/Cesar y Villanueva/La Guajira. Así lo evoca con nostalgia hoy el compositor Rosendo Romero Ospino – ‘El Poeta de Villanueva’.

Este pájaro, La Flotica, fue una de tantas especies migratorias que desaparecieron de paisaje colombiano, por muchos factores, entre ellos, el veneno contenido en los químicos que aplicaban al cultivo del arroz, ya que el pájaro se comía los insectos envenenados; tal como sucedió con el Mochuelo, inmortalizado en un canto del compositor sanjacintero Adolfo Pacheco Anillo.


Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, compositor, ambientalista, investigador, un guardián de la biodiversidad desde el Ecoparque Los Besotes, primera AICA (Área Importante para la Conservación de las Aves del mundo) reconocida en Colombia; explica que “cada vez hay menos aves migratorias, debido a la degradación de los bosques. Exterminamos más del 90 por ciento de nuestra cobertura botánica y acabamos con la alimentación de la fauna. Ya no hay turpiales y el Paujil se está extinguiendo”, advierte, al tiempo que llama la atención sobre la falta de investigación al respecto. “Tenemos que convertirnos en soldados de la biodiversidad”.

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