Los negros del Corpus Christi se toman El Paso – Cesar
- Redacción Nicho Cultural
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“Los altares ya se preparan, las calles se llenan de color y los hogares se convierten en templos vivos de tradición. Cada rincón se transforma para recibir con amor la presencia sagrada que guía esta celebración. Es la herencia afrocaribeña que se expresa con fuerza, alegría y resistencia. Es el encuentro con lo espiritual, lo ancestral y lo colectivo. Es Corpus, y ya lo sentimos en la piel”.
Con estas palabras, que resuenan como el cumplimiento de un compromiso delegado por sus ancestros, expresan los habitantes de El Paso – Cesar su entusiasmo por la llegada del tiempo en el que le rinden honores a la identidad, la memoria y la fe: el Encuentro Tradicional de Negros del Corpus Christi, que este año llega a su séptima versión.
El encuentro, organizado por la Fundación Negros del Corpus Christi, con el apoyo de entidades como el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, la Gobernación del Cesar y la Alcaldía de El Paso, tendrá lugar entre el 19 y el 22 de junio en este municipio del centro del Cesar, “donde el cuerpo danza y el alma se arrodilla ante el Santísimo Sacramento”, como lo ha expresado la Fundación.
Los preparativos para esta cita anual incluyeron eventos previos, a manera de lanzamiento, en Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, en un espacio en el que honraron el legado de esta mujer que fue y sigue siendo un referente para la negritud, hijos e hijas de la diáspora. Así mismo, un conversatorio en la Universidad Antonio Nariño, auditorio Delia Zapata Olivella, donde los protagonistas compartieron lo que significa esta tradición, no como una historia del pasado, sino como algo que se vive, que se baila, que se defiende.
Como resultado del evento previo, la universidad, Antonio Nariño y especialmente al Departamento de Artes Escénicas anunciaron su presencia en El Paso, para participar del Encuentro.
La Fundación Negros del Corpus Christi ha anunciado que este año estarán presentes agrupaciones de Cali, Medellín, Bogotá, la Depresión Momposina, universidades, artistas e investigadores que llegarán a El Paso a compartir su fuerza, sus saberes, sus músicas, y a levantar junto al pueblo pasero los altares del alma.
“Invitamos a toda la comunidad a volcarse con orgullo a este acto de resistencia, a esta celebración que mezcla lo divino con lo terrenal, la fe con el tambor, la calle con el cielo”, precisa la Fundación.
La tradición en Atánquez

En Atánquez, al norte de Valledupar – Cesar, esta fiesta solemne adquiere una connotación especial, convocando a sus casi siete mil habitantes a la celebración milenaria de su identidad religiosa, de su herencia y esencia ancestral, símbolo de lo que son como pueblo. Antes del amanecer, se ve a los miembros de las danzas atravesando las calles para llegar al lugar de reunión, donde todo empieza.
Desde muy temprano, las cuatro de la mañana, inician el recorrido que termina en la plaza principal, donde está la parroquia y allí, alrededor de la fiesta, está el pueblo en pleno, participando en actividades que les lleva a fortalecer su religiosidad, a afianzar el significado que tienen los rituales que allí tienen lugar y a admirar los atuendos elaborados con palma de iraca verde y plumas (a semejanza de pájaros gigantes), trajes rojos de satín con adornos muy brillantes y zapatos puntiagudos con cascabeles; sombreros adornados con flores, polleras y machetes.
Las danzas recorren las calles representando a los indígenas, blancos y negros, con un baile propio, distinto a los que pueden apreciarse en otras latitudes del planeta donde también se celebra el Corpus Cristi. Las Cucambas representan la humildad indígena, la Danza de los Diablos simboliza a los europeos que estaban colonizando el territorio y el Palenque Negro es la humildad, trabajo, esclavitud y libertad de los negros.
Hay ceremonias religiosas y a partir del mediodía, los danzantes visitan las casas de los que han pasado por las danzas y ya no hacen arte de ellas. En el ocaso del día, regresan a la iglesia u hacen una última presentación colectiva. Ya después del mediodía se bebe chirrinchi, pues en la mañana los actos se acompañan con agua.
Pero ahí no termina todo. Ocho días después se realiza la Octava del Corpus, es un día de nostalgias, de revelación de misterios. Los danzantes llegan de madrugada a un punto especial; cuando empieza a salir el sol, las nubes predicen si algún danzante fallecerá durante el año y no estará en la siguiente celebración. Luego hay misa, procesión y visitas, esta vez a quienes ya han abandonado este mundo material, pero que siguen presentes en el recuerdo y los corazones de los atanqueros.
Al final del día se escenifica un juego al que llaman la pelea, en la plaza principal danzan de nuevo Cucambas, Diablos y Negros, lo que termina en una demostración de arraigo, unidad y armonía, de triunfo del bien sobre el mal. La Octava termina con una ceremonia de despedida de la tierra, que simboliza la terminación de las fiestas, se hacen dos vueltas al pueblo, centonando cantos que hablan de nostálgicos adioses a la fiesta, en la que no se sabe si estarán el siguiente año.
En Colombia y el mundo
El Corpus Chisti (Cuerpo de Cristo, en latín) es una fiesta religiosa que se celebra en unos sesenta países del mundo, el jueves siguiente al domingo de la Santísima Trinidad, sesenta días después del Domingo de Resurrección: tiene como fin primordial la promoción de la fe cristiana.
En Colombia, esta fiesta se celebra con especial fervor en diversos municipios, siendo Anolaima (Cundinamarca), Mompox (Bolívar), y Popayán (Cauca) algunos de los lugares donde esta tradición católica cobra mayor relevancia. En Anolaima, por ejemplo, se realiza una colorida y solemne procesión, acompañada de manifestaciones culturales como danzas, música y altares decorados con flores y frutas.
En Mompox, la celebración incluye procesiones con el Santísimo Sacramento, repiques de campanas y actos litúrgicos que reflejan la profunda devoción de la comunidad. Popayán, reconocida por su tradición religiosa, también realiza misas y recorridos procesionales que reúnen a feligreses de toda la región. Esta festividad, que exalta la presencia real de Cristo en la Eucaristía, es una de las expresiones religiosas más antiguas y significativas del país.
A nivel mundial, el Corpus Christi es una festividad celebrada en numerosos países de tradición católica, especialmente en Europa y América Latina. En España, ciudades como Toledo, Sevilla y Granada son famosas por sus majestuosas procesiones y alfombras florales que adornan las calles. En Portugal, particularmente en la ciudad de Braga, se realizan desfiles y actos litúrgicos con gran solemnidad.
En América Latina, destacan las celebraciones en Cusco (Perú), donde se combina el fervor católico con elementos de la cosmovisión andina; y en Quito (Ecuador), donde la procesión va acompañada de música y danzas tradicionales. En el Vaticano y muchas regiones de Italia, el Papa y otras autoridades eclesiásticas conmemoran la fiesta con ceremonias eucarísticas que reafirman la centralidad del sacramento en la fe cristiana.

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